Para conseguir la información cartográfica y de las parcelas gestionadas por las explotaciones de las zonas piloto, fue necesario realizar una solicitud de información a los organismos públicos de la Xunta de Galicia, Instituto de Estudos do Territorio (IET) perteneciente a la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, y Fondo Galego de Garantía Agraria (Fogga) adscrito a la Consellería de Medio Rural, que son los responsables de la gestión y protección de estos datos.
La información específicamente solicitada a cada organismo fue la siguiente:
Tanto la Declaración de Superficies PAC como el Sixpac, fueron creados y normalizados por reglamentos europeos (Reglamentos CEE 1593/2000 y CEE 73/2009). Estos obligaban a crear y actualizar el almacenamiento de todas las solicitudes de pagos directos por parte de las explotaciones, indicando además las parcelas agrarias de las mismas. Esto exige a todas aquellas explotaciones que quieran percibir algún tipo de ayuda en el marco de la PAC, a informar anualmente de todas las parcelas que están gestionando. Este registro abarca a todas las explotaciones profesionales y una grande parte de las no profesionales de mediano tamaño, ya que se supone que serán las que más interés demuestren por este tipo de ayudas. Al estar desagregada esta información a nivel de parcela, posibilita el análisis de la relación entre datos de la propiedad y de gestión de la tierra. Fue necesaria la selección de las parcelas gestionadas por los miembros de las cooperativas pertenecientes a las zonas piloto, y los datos asociados a los mismos que tenían interés. El ajuste de esta información solicitada y recopilada a entidades públicas y mediante trabajo de campo, fue adaptada en gabinete mediante software de gestores de Bases de Datos y Sistemas de Información Geográfica.
Esta información elaborada resulta fundamental para las siguientes fases del proyecto, ya que permiten conocer la dispersión, distancia, usos y características de los terrenos gestionados por las explotaciones y realizar un análisis de la situación de partida de las zonas piloto.
En una segunda fase se hizo una revisión de trabajos previos realizados por el Laboratorio do Territorio (Laborate), sobre la demanda y oferta de tierras en las explotaciones ganaderas, y además se realizaron una serie de entrevistas a los ganaderos de las zonas piloto y otras zonas de áreas de interés agrario dentro de las cooperativas participantes para conocer de primera mano las preferencias al respecto a la gestión e intercambio de parcelas. Estas entrevistas se realizaron a titulares de explotaciones, a técnicos de las cooperativas y otros agentes implicados en la gestión de tierras, buscando obtener un conocimiento general de la totalidad de las partes afectadas.
Las entrevistas se realizaron con la participación y colaboración del personal del Laboratorio do Territorio de la Universidade de Santiago de Compostela.
Con el fin de conocer los criterios y variables que los ganaderos consideran de mayor relevancia a la hora de estar predispuestos a realizar una permuta de usos, se realizaron un total de 12 entrevistas semiestructuradas. Para la selección de los entrevistados se empleó la técnica de muestreo no probabilístico: muestreo por conveniencia (Naresh, 1997; Bernal, 2000), donde los contactos de los entrevistados fueron facilitados por los técnicos de las cooperativas participantes en el proyecto.
Las entrevistas se realizaron a un total de once hombres y una mujer con edades comprendidas entre los 30 y los 55 años. En cuanto a la caracterización profesional, fueron entrevistados dos técnicos de cooperativas, un ganadero de vacuno de carne y nueve de vacuno de leche. Tres contaban con actividades complementarias (quesería, casa de turismo rural, cebadero, y uno de los técnicos además es ganadero). La localización de las explotaciones visitadas vino condicionada por la distribución de la actividad de las cooperativas, centrándose exclusivamente en las provincias de A Coruña y Lugo, en 8 concellos diferentes.
A la hora de orientar las preguntas de la entrevista se diferenció entre los técnicos de las cooperativas y los ganaderos. De los primeros se buscaba la percepción sobre los problemas de estructura de la base territorial que manejan las explotaciones integradas en la cooperativa de la que son técnicos. De los segundos se pretendía analizar el grao de satisfacción con la base territorial de su explotación, así como conocer las dinámicas que ven factibles para mejorar la situación de partida.
Las entrevistas, al ofrecer elementos cualitativos sumados a los criterios identificados para la mejora del algoritmo, pueden ofrecer pistas sobre el campo social en el que se inserta el tema de la permuta de usos en Galicia.
Tal como se indicó inicialmente, la mayoría de los entrevistados fueron varones, con edades comprendidas entre los 30 y los 55 años. El tamaño de las explotaciones es variable, entre 50 y 700 animales (entre vacas en producción y terneras). Se encontraron explotaciones en régimen extensivo (pastoreo todo el año), intensivo, y situaciones intermedias (pastoreo de vacas secas solamente, etc.).
La titularidad de la explotación es dispar, de Sociedades Agrarias de Transformación, hasta autónomos agrarios, pasando por sociedades formadas por el matrimonio.
La superficie que gestionan también varía así como el régimen de tenencia. De manera general más del 50% de las tierras son en propiedad (propias o de familiares directos).
Según se extrae de las entrevistas, el tamaño medio de las parcelas, así como el número y distribución de las mismas, está muy ligado a la presión sobre las tierras (condicionada principalmente por la densidad de explotaciones o por la competencia de usos forestal – agrario), la existencia o no de procedimientos de concentración parcelaria, y la herencia recibida. Los precios de los alquileres varían desde cesión gratuita en algunas zonas a 360 €/ha en otras, siendo los 300€/ha el precio más habitual. Los contratos son verbales con alguna excepción poco significativa. Las distancias a las que se sitúa la parcela más alejada de la explotación se encuentra entre los 2 y los 20 km, y de manera general suelen ser parcelas en propiedad que no quieren abandonar (solo un caso en alquiler porque consideran que tiene unas dimensiones y acceso que las hacen atractivas). El abandono de parcelas en propiedad debido a la distancia a la que se encuentran no se da, manifestando la mayoría que no estarían dispuestos a desplazarse tan lejos como lo hacen por una parcela de las mismas características si el régimen de tenencia fuera el alquiler. Solamente el no acceso con maquinaria, y la no práctica de pastoreo, justifican el abandono en un caso puntual.
Preguntados por la percepción de la base territorial que manejan el 60% manifiesta estar “bastante”, “muy” o “razonablemente” satisfecho. La superficie que manejan en propiedad y principalmente heredada y mejorada mediante permutas y compras (bien por el titular actual o por el anterior), siendo también la mayoría beneficiarios de procedimientos de concentración parcelaria (alguno recientemente acabado).
El 40% restante manifestó estar “no satisfecho”, las causas principales: fragmentación, localización y accesos a las parcelas. La superficie que manejan en propiedad procede principalmente de herencias, compras y permutas, pero el 50% manifiesta que desde hace unos años no está dispuesto a comprar debido a los elevados precios de las tierras en la zona (30.000€/ha, en parcelas de pequeñas dimensiones), y que preferirían alquilar. Manifiestan que la falta de dedicación a buscar activamente tierras, las reticencias de los vecinos al alquiler, o los elevados precios hicieron imposible mejorar tanto como desearían su base territorial.
En lo que todos coinciden (satisfechos o no) es en que siempre existe margen para la mejora, esencialmente pensando en incrementar las dimensiones de las parcelas, mejorar la proximidad de las tierras a la explotación, o los accesos. Las principales motivaciones vendrían dadas por la reducción de costes (tiempo, combustible, cerramientos, pagos a empresas de servicios agrarios, posibilidad de cambiar la tipología de manejo de los animales, etc.) y la mejora de accesibilidad. Las preferencias de mejora se mueven principalmente entre dos variables: dimensión de la parcela y proximidad; lo ideal: parcelas da mayor dimensión posible al lado de la explotación. El acceso queda relegado al tercer lugar, algo previsible si tenemos en cuenta que muchos de los entrevistados se encuentran en zonas de concentración parcelaria.
Los problemas principales que perciben a la hora de ejecutar las permutas serían:
Si bien no se preguntó sobre la necesidad/percepción de la ordenación territorial, este fue un tema recurrente que salió en case todas las entrevistas de una forma o de otra.
Preguntados por la percepción que tienen sobre la estructura de las explotaciones que forman parte de la cooperativa en la que trabajan, y como se llegó a la situación actual, las respuestas son:
Los ganaderos que fueron mejorando la base territorial lo hicieron por uno o varios de los siguintes motivos:
En general, a la hora de proponer alternativas para mejorar la base territorial, la percepción es que los ganaderos suelen estar abiertos a nuevas propuestas, especialmente por el tema de costes asociados a la mecanización. Como en todo, siempre hay excepciones (malas relaciones vecinales, pocas expectativas de continuidad en el sector, etc.). Debe tenerse en cuenta que las parcelas pegadas a la explotación suelen ser “intocables”, ademas de coincidir normalmente con las de mayor apego (procedente de herencia).
Ambos coinciden en que a través del Banco de Terras, tal como funciona, y viendo las parcelas que oferta (pequeña dimensión, en mal estado e con elevado coste para ponerlas a producir), non es posible. Tiene potencial pero actualmente no es operativo para mejorar la base territorial.
El resto de apreciaciones serían: